miércoles, 12 de septiembre de 2012

Cambio de dirección - (09/09/2012)

Por el pastor Osvaldo D'Emilio
Lectura: Mateo 4:12, 17; 3:1-2; Is. 55:6-11

En el mensaje de hoy veremos cómo se produce el cambio en las personas, qué actitud debemos tener ante las circunstancias que nos apremian, en qué condiciones nos encontramos, por qué se debe efectuar dicho cambio y hacia dónde nos llevará los pasos que demos hoy.

Jesús tomó el mensaje de Juan el bautista, cuando fue bautizado todos vieron cómo descendía el Espíritu Santo sobre Él como paloma. ¿Cuál era el mensaje de Juan el bautista? “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”, instaba a las personas a que tengan un cambio de mentalidad. No era poca cosa, era el reino de Dios que quería establecerse en la tierra, era volver a formar parte del reino de Dios. “Viene uno más poderoso que yo…, os bautizará con Espíritu Santo y Fuego” (Mat. 3:11). Dios no mandó representantes, él mismo en la persona de su Hijo se hizo presente, hoy su Espíritu Santo. Podían poner preso a Juan el bautista, incluso lo mataron, pusieron preso a Jesús y lo crucificaron, muriendo por nuestros pecados. Pusieron presos y mataron a muchos de sus profetas y discípulos, pero La Palabra de Dios no está presa, sigue siendo predicada y trae libertad a cuantos la oyeren. Por tal motivo trae arrepentimiento y perdón a quien la escucha.

Debemos darnos cuanta en qué condiciones nos encontramos. En muchos casos planteamos excusas por nuestras situaciones, somos los mejores en tener una posición para que nos tengan lástima por la razón en la que nos encontramos. En general le echamos la culpa a otro, sea a nuestros padres, la sociedad o alguien que no pueda defenderse.

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Debemos darnos cuenta por nosotros mismos cómo nos encontramos (Is. 55:6-11). El profeta manifiesta que el pueblo estaba lejos (“buscad…”), habían perdido el camino y la dirección. Evidentemente estaban lejos de Dios (“llamadle…”.), de alguna manera les está diciendo ¡todavía están a tiempo! “En tanto que está cercano”.

Debe de haber un “CAMBIO DE DIRECCIÓN”. El Arrepentimiento que predicaba Juan el bautista y Jesús, manifestaba un cambio de mentalidad, un cambio de dirección. ¿Estaban y estamos yendo por el camino equivocado? Revisémoslo. Dios, por medio del profeta, plantea varias cosas (Is. 55:7), “Deje el impío su camino…”. Se refiere al hombre malo y pecador, y a sus acciones. “El hombre inicuo, sus pensamientos”, la persona que es transgresora. El camino del hombre es lo que ya decidió en sus pensamientos, por eso el “arrepentimiento” que predicaba Juan el Bautista y Jesús se refería a un cambio de mentalidad, ese que espera de cada uno de nosotros cada día, “Vuélvase a Jehová”. No sigamos cometiendo los mismos errores, que el cambio sea efectivo.

Tenemos promesas de su parte, “tendrá misericordia”. Dios es bueno con nosotros, no tomará en cuenta nuestros pecados si nos arrepentimos. Él, por medio de su Hijo, nos limpio con su sangre. “Será amplio en perdonar”, algunas veces decimos nosotros, “esto no tiene perdón de Dios”, pero si hay arrepentimiento, hay perdón. Muchas veces nosotros no perdonamos cuando nos piden perdón, en otros casos, perdonamos de la boca para afuera, pero cuando nos hacen algo nuevamente, nos acordamos de todo lo que nos hicieron. “Dios es amplio en perdonar”.

A quien Dios perdona le revela sus secretos (vs 10-11). “Mis pensamientos son altos”, “Mis caminos son más altos”. Dios no quiere tener secretos con quienes se vuelven a Él, “así como desciende la lluvia y la nieve…”, Así descenderá Su Palabra y llenará la tierra a través de sus hijos, “será prosperada”, producirá frutos.

El mensaje de Juan, no quedó callado, Jesús, tomo la posta y lo predicó. Antes que Él partiera, lo manifestó a sus discípulos. Hoy la iglesia debe llevar el mensaje de volverse a Dios a toda la sociedad, arrepintiéndose de sus pecados. Volverse a Dios, dejar el camino equivocado, encontrando la amplitud de su gran amor y misericordia. ¿Tenemos algo de que arrepentirnos? Si tenemos que Cambiar de Dirección, todavía estamos a tiempo.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Con los pies en su lugar - (02/09/2012)


Por el pastor Osvaldo D'Emilio
Lectura: Isaías 52:7 (1-8); Marcos 1:7; Mateo 3:11; Romanos 10:15;    Efesios 6:15

En la actualidad vemos cómo algunos se pelean por cargos en la política, otros por lograr un cambio en su categoría laboral. En muchos casos están aquellos que quieren ocupar el cargo de su jefe, como también los jóvenes que se preparan, por medio del estudio, “con mucho entusiasmo” para ocupar puestos de privilegio en un futuro no muy lejano. Incluso están quienes desean formar una familia y tratan de lograr todo lo que necesitan para la casa.

Como parte de La Iglesia, nosotros somos llamados a cumplir una función pero ocupando el lugar que nos corresponde. En muchos casos queremos solo la bendición y los privilegios que tiene Dios para nosotros (y esto es una realidad), pero además tenemos la posibilidad  y responsabilidad de ser mensajeros de las bendiciones que tiene Dios para con todos. No es que debemos abandonar nuestros intereses por ocupar los cargos que anteriormente mencionamos (o más todavía), sino que, en cada lugar donde Dios nos puso o queremos llegar, tenemos un compromiso que desarrollar. Sea en una empresa, negocio, ministerio, un barrio, escuela, universidad o lugar donde desarrollamos nuestras capacidades, tenemos una responsabilidad que cumplir. Pero debemos saber que no estamos solos, sino que tenemos el respaldo de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

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En el mensaje de hoy veremos cómo nos encontramos. Dios nos llama a ser receptores de Su Palabra, pero también transmisores de Su Palabra a través de las Buenas Nuevas de Salvación.

¿Cómo se encontraba su pueblo? (Is. 52:1-2). Estaban durmiendo a causa de la cautividad (no es productiva). Se dejaron arrastrar hacia donde no debían ir, daba pena su vestimenta, estaban “andrajosos”, sucios por la tierra, atados, cautivos, sin libertad.

Dios envía una palabra para su pueblo, La Iglesia. “Despiértate” (Efesios 5:15; Jn 5:25). “Es tiempo que la Iglesia declare Vida  para todos aquellos  que han bajado los brazos”. “Levántate y siéntate” (nuestra postura delante de Dios dice mucho). “Suelta las ataduras”, eres libre. “Sacúdete del polvo”, debemos ser bañados con su sangre. “Vístete tu ropa hermosa”. Dios promete que “nunca más” su pueblo será cautivo,  te da libertad eterna con un propósito, porque él declara una promesa, “yo mismo que hablo estaré presente” (52:6).

¿Cuál es ese propósito de Dios para con su pueblo? Que esté “con los pies en su lugar”, sobre los montes, en Su Presencia. Que la Iglesia levante su voz con Su Mensaje. “Hermosos son sobre los montes, los pies…”, (52:7). “Alegres nuevas”, es decir Buenas Noticias, (Evangelio). “Anuncia la Paz”. “Nuevas del bien”, tenemos esperanza que en Cristo alcanzaremos lo que Él tiene para nosotros. “Del que publica Salvación”, (liberación, preservación, sanidad, prosperidad, felicidad, rescate, bienestar general). Del que dice a Su pueblo, ¡¡¡TU DIOS REINA!!! Nosotros somos los primeros receptores de este mensaje. Pongámoslo en práctica en nuestras vidas y familias. Vivamos con la plena certeza de que Jesús, nos hizo dignos de recibir su mensaje, para que también podamos ser de Bendición para con todos.

Vemos en estos versículos  varios casos. De cómo se encuentran muchos, lejos de Su Presencia. Están los que permanecen en ella, los que anuncian La voz de Dios, pero hay uno más, el versículo 8 dice el “ATALAYA” o Centinela. Su función es vigilar, mirar a la distancia, estar atento a todo movimiento que pase para alertar a su pueblo los peligros. En este caso la voz del Atalaya es para declarar que uno a uno volverán los que pertenecen a Sión, Jerusalén, La iglesia. Iglesia, comienza a declarar proféticamente, con los pies en Su Presencia, que volverán los hijos de Dios a Su pueblo, la iglesia, declara sus nombres si los conoces, sea familiar, conocido, amigo o enemigo. Ojo a ojo, verán que Dios (los) vuelve a traer a Sión (La Iglesia).

Iglesia, afirma tus pies sobre Su Presencia, para manifestar la Palabra de Dios. Si quieres ver con tus ojos naturales lo que Cristo hará, comienza a verlo con tus ojos espirituales. El Atalaya, no solo avisa del peligro que acecha al pueblo, sino que desde la altura ve a quienes se encuentran lastimados y heridos, que deseando regresar no tienen fuerza, entonces avisa al pueblo para que aquellos que están “calzados los pies con el apresto del evangelio…”, significa los ya alcanzados, deberán alcanzar a otros, y sobre todos a los heridos. Iglesia, gózate por los que vienen o vuelven, y no emitamos palabras que hieran, sino restauremos.

CON LOS PIES EN SU LUGAR

sábado, 8 de septiembre de 2012

Nunca mejor como en casa - (26/08/2012)


Por el pastor Osvaldo D'Emilio
Lectura: Mateo 10:1, 5-8; Lucas 19:9-10; Hechos 1:8; Mateo 9:35-38

Hoy nuestra sociedad está sufriendo “Temporales” que sacuden a las personas, afectándolas en lo personal cotidianamente. Sufren un descontrol emocional y espiritual al punto en que salen de sus cabales. Se sienten desbordados por todo lo que pasa a su alrededor, saturados e inundados por crisis sin poder resolver, están quebrados o rotos sin poder ser reparados. Lamentablemente sufren pérdidas que en algunos casos son irreparables. Aunque en muchos casos nos avisan lo que puede pasar, no escuchamos. Pero como la tormenta, esto también es “Temporal”, es decir, “por un tiempo”.

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En este día veremos cómo podemos pasar ese “Temporal”. Algunos pensamos que solos nos podemos arreglar bien, pero lamentablemente la sociedad se salió de su cauce. Por tal motivo es bueno pedir ayuda, así como también estar dispuesto a darla.

“Jesús vio la multitud, y tuvo compasión de ellas” (Mat. 9:36-38). Jesús conoce cómo se encuentran las personas, todo lo que sucede a nuestro alrededor está en su conocimiento. Por tal motivo no solo enseñó a las personas que oren a Dios para que este tenga mayor cantidad de personas a su disposición (9:38), sino que Jesús mismo apartó a los doce, los preparó, y los envió con un propósito específico (10:1). Se encontraban como ovejas “que no tienen pastor, pero tienen”. Desamparadas, sin protección, dispersas, sin un rumbo fijo, sin saber a dónde ir.

Así como hay una organización denominada “Defensa Civil”, que se ocupa de socorrer a las personas de los desastres climáticos o accidentes. Debemos formar parte de una “Defensa Espiritual”, en nuestra ciudad, que asista a las personas que estén sufriendo dramas personales, o necesiten protección, contención para ser guiadas en el verdadero camino.

“Jesús les dio instrucciones” (10:5). No podían ir desprovistos de una responsabilidad, debían dejarse enseñar. Esto a muchos les cuesta, pero debemos ser obedientes a las instrucciones que nos dan nuestros mayores. Por alguna razón hay personas que están delegadas para orientarnos en cómo hacer o no hacer las cosas. Si no hay delegación de autoridad, no hay respaldo. Así también los discípulos fueron delegados por Dios a través de Jesús, y cuando se tenían que enfrentar a situaciones imposibles para el ser humano, Dios estaba con ellos y los respaldaba. Los discípulos pasaron de ser Aprendices o estudiantes a Enviados- Apóstoles. Estudiaron.

¿De qué vale que estudiemos una carrera, si no estamos dispuestos a ejercerla?

¿Por qué no les permitió entrar en  tierras  de los gentiles o samaritanos? Ellos no eran personas con las que se llevaban bien en ese tiempo, no podemos predicarles a personas que no amamos. Debemos ir donde Dios nos envía. Recién cuando recibieron el Espíritu Santo, les dijo; Hechos 1:8, primero “Jerusalén…”.

Primero los manda a “las ovejas perdidas de la casa de Israel” (Lucas 19:9-10). Iglesia, ve a buscar a quienes habiendo conocido, hoy están apartados. Aquellos que están desamparados y dispersos, errantes, sin saber a dónde ir. La misión de la Iglesia es “Encarrilar a los descarriados”. Volverlos a poner en el camino. La Promesa dada a Abraham es también para nosotros. “Te bendeciré y serás de bendición…” (Gé. 12:1-3).

También les dio un mensaje (9:35; 10:7). Prediquen el evangelio del reino. Declaren las “Buenas Noticias de Dios”. ¿Cuál era esa buena noticia? “El reino de los cielos se ha acercado”. ¿Por qué ellos pudieron dar esa noticia? Porque ellos fueron los que experimentaron la llegada del reino de los cielos a través de Jesucristo. Aquellos que han tenido y tienen una experiencia personal con Jesucristo, son los delegados para representar a Cristo HOY, manifestando Poder. El “Evangelio, sana, limpia, resucita, libera, declara la grandeza de Dios.

Tenemos una responsabilidad delante de nuestra sociedad, así como Dios corrigió nuestros pasos (1 Pedro 2:25). Tenemos instrucciones que acatar, un mensaje que llevar, “el evangelio del reino”, “A los desamparados y dispersos”. Debemos declarar en medio de toda situación que viven las personas que “El reino de los cielos se ha acercado a todos”. Dios está cerca de todos nosotros. Pero más todavía, Dios quiere estar en nosotros a través de Jesucristo: “Cristo en nosotros la esperanza de Gloria”. “El reino de los cielos se ha acercado”. Volver a casa, es estar en el lugar más cómodo que podamos tener. “Busquemos a los que no están”.

sábado, 25 de agosto de 2012

Él ya tiene la respuesta - (12/08/2012)


Por el pastor Osvaldo D'Emilio 
Lectura: 2 Reyes 6:8-17; 18-23

En estos versículos encontramos que había guerra entre dos naciones. La primera era Israel, el pueblo de Dios, la segunda era Siria, el pueblo enemigo. Lo que no sabían éstos últimos era que Israel tenía un Padre que cuidaba a sus hijos. Más aún, dentro del pueblo el Padre tenía su representante que era quien llevaba su voz y desarticulaba los planes del pueblo enemigo. Esa persona era Eliseo, el Profeta que tenía tal comunión con Dios al punto de que él le decía todo lo que el enemigo planeaba.

En estos tiempos nos encontramos pasando situaciones difíciles a nuestro alrededor. Quizás algunas de ellas son en lo personal, no sabemos cómo salir o enfrentar los problemas, quizás en lo laboral o económico, nos encontramos limitados y no vemos ni sabemos cómo salir. Probablemente, otros sean en la salud, en lo familiar, en situaciones límites que nos desesperan y anulan nuestra capacidad de reacción, impidiéndonos ver la solución del problema.

Hoy veremos el accionar de un hijo de Dios, Eliseo, de la nación enemiga y su rey Ben-Adad, del criado de Eliseo. También hablaremos sobre cómo Dios cuido de Eliseo y, a través de él, de su rey y todo su pueblo. Notaremos dónde está la diferencia entre un hijo de Dios en comunión y las demás personas que no lo están. Veremos a un Padre que se ocupa de sus hijos, y los defiende, pero que además confunde los planes del enemigo.

“CUANDO DIOS PERMITE QUE NOS LLEGUE UN PROBLEMA, EL YA TIENE LA RESPUESTA”.

Los sirios sabían quién era Eliseo. El rey de Siria enviaba su ejército contra Israel, pero como Eliseo le avisaba al rey de Israel los planes del pueblo invasor, el rey enemigo mandó capturarlo para que no descubra sus planes.

Un hijo de Dios tiene la protección del ejército más grande que pueda existir. Dios no abandona a sus hijos. A pesar de lo que el enemigo planee, Dios siempre, como un padre con sus hijos, los sale a defender. Más todavía, donde hay un hijo de Dios, bendice a todos los que están a su alrededor. El enemigo quería atacar a Israel pero Eliseo se lo impedía. Por eso fue detrás del profeta para que el pueblo se quede sin protección de Dios. Tú y yo somos importantes para nuestra familia, ciudad, provincia y nación, cuando levantamos nuestra voz y entramos en comunión con Dios.

El criado tuvo miedo, dijo “¡señor mío! ¿Qué haremos?”. El verdadero hijo de Dios no se desespera en la dificultad, mantiene un equilibrio emocional, en la desesperación se hacen locuras. Sabe animar a otros en medio de los problemas, sabe que siempre contará con un ejército a su disposición.

Debemos manifestar el plan de Dios con Fe. Eliseo ya veía el ejército, ahora quería que lo viera su criado. Va más allá de lo natural, de lo racional, de lo lógico. La fe cree donde no hay, espera donde nadie aparece. Jesús en la cruz nos veía a nosotros aquí. La fe no es para los momentos buenos, sino para los tiempos difíciles. “Declara en la noche, lo que Dios te dijo durante el día”.

Debemos saber permanecer en el monte (vs. 17bc), éste representa la presencia de Dios. Ningún problema nos puede sacar de la presencia de Dios. Monte es sinónimo de altura, altura de victoria. Mientras estés en el monte, el enemigo no podrá tocarte.

El Dios que abre y cierra. Dios le abrió los ojos al criado de Eliseo. Debemos pedirle a Dios que en medio de la dificultad, nos abra los ojos de la fe para que veamos que está con nosotros. Yo imagino al criado cuando vio todo ese ejército y carros de fuego, se agrandó. Dios pelea por nosotros, pero también le cierra los ojos a los enemigos, los confunde y los hace ir por caminos equivocados. Los hace caer en la trampa y son vencidos. Un hijo de Dios no toma venganza, Dios se encarga de aquellos que nos quieren lastimar.

Probablemente nosotros nos encontramos en situaciones difíciles en algunos momentos. Eliseo no fue tan especial ni muy diferente a nosotros. La diferencia es que él sabía quién era y a quién representaba aquí en la tierra. Como Eliseo, nosotros también somos hijos de Dios, y debemos saber que Dios es el que nos protege. Cuando Dios mandó su ejército para proteger a Eliseo, también protegió a su criado y a todo su pueblo. Notemos el grado de influencia que tenemos nosotros en nuestra ciudad y nación. “Nunca más vinieron bandas…” (Vs.23). Cuando Dios permite que nos llegue un problema, Él ya tiene la respuesta.

Tienes tu lugar en la mesa - (05/08/2012)



Por el pastor Osvaldo D'Emilio
Lectura: Lucas 17:5-10

En la lectura de hoy vemos cómo Jesús hablaba con sus discípulos, tenía una clase magistral con ellos. A la multitud generalmente les hablaba por parábolas, pero con su cuerpo especial de amigos tenía una relación más personal. En éste caso les quería decir el compromiso que ellos debían tener con el ministerio. No era, y no es algo que debemos dejar para lo último, sino que debe ocupar un tiempo especial en nuestras vidas. Esto no significa quitarle tiempo a nuestra familia, aunque en muchos casos lo hacemos, sino ver en realidad la verdadera responsabilidad que tenemos ante Dios, nuestra familia y la sociedad.

Cuando tenemos un trabajo hay principios que debemos cumplir, primero se trabaja durante el tiempo convenido, y después cobramos. Para comprar una propiedad, primero juntamos la cantidad de dinero que vale y después nos dan la posesión, todo tiene un resultado de acuerdo al esfuerzo que hacemos. Si no tenemos más, es porque quizás hemos sido escasos.

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Perte 1
 
Parte 2
En este día veremos qué nos dice la biblia respecto de ocupar nuestro lugar en las cosas de Dios. Nosotros queremos todas las bendiciones que Dios tiene, que responda a nuestras necesidades, que sea más rápido para respondernos cuando nos encontramos en problemas. ¿Se podrá lograr esto de Su Parte? ¿Cómo?

Dios nos dio un campo que trabajar. Algunos tenemos nuestro trabajo particular, y no sabemos apreciarlo, cuando hay muchos que lo necesitan. Nos quejamos de los sindicatos por lo que nos descuentan, de las obras sociales por lo que pagamos, pero después cuando el sindicato nos da algún beneficio lo aprovechamos, cuando necesitamos alguna cobertura médica también. Dios nos da un espacio donde podamos trabajar para que ese campo sea fructífero. Dios les dice a sus discípulos que deben poner a trabajar el espacio que Él les ha dado. Así también nosotros tenemos un campo de acción que trabajar a través de vidas que Dios a puesto o pondrá a nuestro cuidado. Pero sobre todo, el trabajo que estamos realizando cada uno, es para Dios, y a Él le servimos con nuestras capacidades, y espera que todo lo que hacemos, rinda frutos para su reino.

Jesús menciona dos oficios que se realizan en el campo a través del siervo, un trabajador. En primer lugar lo realiza un “siervo que Ara”. Significa dar vuelta la tierra, hacerla bien dócil. Al Arar, se descubre la tierra de toda aquella basura que no la hace fértil, palos, piedras que deben sacarse. Todo esto lo hace el labrador para luego sembrar la semilla que sea productiva y de frutos. Nosotros provenimos de la tierra, y necesitamos ser removidos tantas veces, para que la Semilla de Su Palabra, penetre en nuestras vidas y de frutos en otras vidas. Al Arar en nuestras vidas, todo tiene que salir, lo malo desecharlo, y lo bueno aprovecharlo, así como el barro en las manos del alfarero (Jer.18:6). Para que la semilla no se pierda, ni se estropee necesitamos dejar entrar el Arado, aunque duela. El Agua Viva debe correr por los surcos de la tierra, para que el fruto permanezca desarrollándose cada día.

Pero además nos habla del “siervo que Apacienta el ganado”. Algunos creen que “apacentar”, es solo para el Pastor, pero en realidad es un servicio, trabajo para un servidor, es cuidar. El que sirve, debe proteger a los que tiene a cargo. Sustentar, que nada le falte a los que están a su cargo. Muchas veces hemos recibido alimento de nuestros mayores, y lo seguiremos haciendo. Pero hay momentos que somos nosotros los que debemos cuidar y dar de comer a otros, como Jesús les dijo a sus discípulos, “denles ustedes de comer”.

El trabajo del siervo no se termina en el campo, sería muy fácil. Hay tres condiciones que el siervo debe desarrollar para ser más efectivo. Prepárate, si no estamos preparados no podemos ocupar un puesto de trabajo, es importante estudiar para trabajar. Cíñete, ajustar, corregir, limpiarnos, lavarnos de todo lo que a Dios no le agrada de nuestras vidas, como cuando llegamos a casa para comer y nos dicen “lavate las manos y pone la mesa”. Sírveme, atender, complacer. Dios quiere tener un trato personal con cada uno de nosotros.

La vida espiritual requiere de una relación personal con Dios. Sin santidad nadie verá al Señor (sin preparación). Sin limpieza, purificación, nadie entrará, sin servicio, no recibimos.

¿De dónde saca los recursos nuestro Dios para proveernos de todo aquello que necesitamos? Un empresario invierte para que su empresa le reditúe. En primer lugar porque quiere el ganar dinero y crecer. Pero además debe de pagar todos los gastos que su empresa tenga. Como además debe pagar a todos los obreros que trabajen para él. Así Dios invirtió todo en nosotros. Lo hizo a través de su Hijo Jesucristo, pagó un alto precio, para que nosotros hoy podamos recibir lo mejor que nuestra vida necesite. Por eso Él, del esfuerzo de nuestro trabajo, nos reditúa lo mejor.

¿Quieres sentarte a la mesa? Ara, prepara el lugar para que la Palabra del Señor corra Apacienta, cuida lo que Dios te ha dado en tus manos. Sirve a Dios sobre todas las cosas, en la intimidad. Él se encargará de las cosas que nosotros necesitamos.

Cimientos, construcción, habitantes - (29/07/2012)


Por el pastor Osvaldo D'Emilio
Lectura: 2 Corintios 5:17; 2 Pedro 5:10; Juan 15:5; 2 Tim 2:14-21

Una de las temáticas que vemos en estos tiempos es cómo superar los inconvenientes que se nos presentan a diario. Para eso nuestra nación enfrenta uno de los momentos más críticos: la deuda interna con el pueblo, como la deuda externa, con otros países, la situación social, la falta de seguridad, problemas con la educación, la falta de trabajo, los problemas de salud, transporte, rutas, entre otros.

Probablemente, nosotros no vemos soluciones inmediatas. Pensamos que los que están en eminencia tienen todas las respuestas, aún ellos también creen que es así.

Muchos creen que participando de una agrupación, pueden hacer algo. Vemos a la gente movilizada de un lado a otro. Sus mismos dirigentes creen que pueden avanzar en soluciones rápidas. En muchos casos van más allá de las ideas, a algunos los mueven intereses personales que los llevan a alcanzar algo que sólo el poder se los puede dar.

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En el mensaje de hoy vamos a ver cómo desarrollar nuestro vínculo con Dios. En muchos casos creemos que con venir a la iglesia, con ofrendar y diezmar, con cantar y adorar a Dios alcanza, pero Dios es mucho más y nos pide más para que comprendamos qué es lo que espera de nosotros.

 “Estar en Cristo” manifiesta mi posición, bases sólidas que nadie moverá. Muchos no saben “dónde están parados”. Las personas andan a la deriva, sin un rumbo específico. Lo vemos tanto en el sentido familiar como laboral. Los miedos los hacen débiles en sus decisiones al punto de lamentar las direcciones que toman sus vidas. El problema de algunos al venir a Cristo, es que no  abandonan las viejas cosas. Siguen con las mismas costumbres o maneras de ser que le perjudican más cada día, las amistades que los llevaban por mal camino, la forma de hablar que enfrentaba a las personas. Es como aquel que recibió un trasplante de corazón y le dice el médico “a partir de ahora tiene que vivir una vida más tranquila, cuidarse en las comidas, caminar tres veces por semana, tener un buen descanso, etc”. Pero al salir del consultorio del médico qué hace: sigue viviendo una vida más agitada, no se cuida en la comida, para el ejercicio no tiene tiempo, y para descansar menos todavía. Estar en Cristo, es estar fundamentado en su Amor. Somos nueva criatura, porque el Dios Creador de todas las cosas nos da una nueva oportunidad.

“Estar en Cristo” es Crecer y Desarrollarnos cada día. No puede ser que nos encontremos como cuando hemos llegado. La Palabra de Dios debe darnos crecimiento cada día. Dios nos sacó de toda oscuridad, nos “llamó a su Gloria…” para qué. Para que nos Perfeccione, Afirme, Fortalezca y Establezca. Debemos tener un desarrollo constante y eso se manifiesta a través de nuestro continuo interés en poner en práctica las cosas de Dios, así como que nuestro cambio sea evidente a los demás.

El “estar en Cristo” nos lleva a “permanecer dando frutos”. Nos habla de tener una continuidad en Jesús. Alimentarnos continuamente de Él. Seguir con consejos, ponerlos en práctica. El “dar frutos”, nos dice de compartir lo que Él ha hecho en nuestras vidas. Probablemente nosotros le hemos dado trabajo a Dios.  Seguramente la responsabilidad que tenemos, demandará también de esfuerzos. Pero el “permanecer” contantes tiene premio (Juan 15:7).

Nuestro “Estar en Cristo” manifiesta que en las manos del Dios creador, “como el barro en las manos del alfarero”, sacará lo mejor de nosotros. En la medida que le permitamos enseñarnos cada paso que debamos dar, podemos afirmarnos en Él cada día. Dios espera que podamos ser un canal de Bendición para quienes nos rodean y ven cambios en nuestras vidas (2 Timoteo 2:14-21).

Esperanza y fortaleza tenemos en Dios - (22/07/2012)


Por el pastor Osvaldo D'Emilio
Lectura: Filipenses 4:19; Salmos 23:1; Juan 10:10; Joel 2:27-29; 3:16;

En la lectura de hoy Pablo reconoce la colaboración de los Filipenses: Era una comunidad que no tenía grandes ingresos, que quería ser agradecida por lo que había recibido y que cuando tuvo oportunidad, colaboró con el ministerio de Pablo. Es allí cuando él dice: “Mi Dios suplirá todo…”. Debemos reconocer que en la medida que damos de corazón, el nos bendice, si algo nos falta, Él lo provee. El Dios de Pablo también es mi Dios y tu Dios.

David dijo: Dios es mi Pastor, nada me falta. Tenemos que entender que teniendo a Dios lo tenemos todo en Él. Nuestro Dios es completo, si hay algo que creemos que nos falta Él lo tiene. Jesús reconoció que el enemigo quiere destruir nuestras vidas (Juan 10:10), pero tenemos una promesa de su parte, “que el vino a darnos vida y vida en abundancia”.

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El libro de Joel nos habla de una Nación devastada. Había pasado una plaga de langostas, había desnudado de vegetación los campos, destruido el pasto de las ovejas y el ganado, aún el follaje de los árboles. En solamente algunas horas lo que era esplendor de belleza y verdor, se convirtió en una tierra devastada y asolada.

El libro nos habla de un antes y un después. La primer parte dice que a causa de un alejamiento de Dios el pueblo sufrió las consecuencias de la falta de protección. Por tal motivo el pueblo se quedó sin nada, pobre, desabastecido de todo lo necesario, se morían los animales y las personas. La falta de recursos que debían producir la tierra hacía que escasee todo lo necesario para vivir.

A causa de su desobediencia, el pueblo de Dios fue avergonzado delante de los otros pueblos, se burlaban de ellos, llegaron a decirles, “¿donde está vuestro Dios?”. Había llegado una plaga de langostas que los dejó sin nada, ni pan, ni vino, ni aceite. Por la desobediencia Dios los llama a arrepentirse.

Pero como hubo un antes, también hay un después y ahora. Dios les dice que: NUNCA JAMÁS SERÁN AVERGONZADOS. Dios le devuelve la dignidad que su pueblo había perdido. Les promete el pan, el vino y el aceite. Todo esto representa el respaldo de Dios para sus hijos, todo lo que les faltaba, Él lo suplirá. El pueblo tuvo que volverse a Dios, para experimentar, como los filipenses, que Él no nos abandona.

Dios llegó cerca de su pueblo y respondió por Él. Las personas a veces sufren a causa de otras personas. A veces se sienten sin nadie que les defienda o que haga justicia. En medio de los problemas, Dios los llama a volver a Él con todo su corazón y cambiar la dirección de su vida. Promete restaurar la relación con Él, además la presencia de su Espíritu Santo para darles el poder de vivir bajo su protección (vs. 28). En éste día tendrán la oportunidad de acercarse a Dios y conocerle como el Dios que protege, el Dios que responde por ellos, que no los deja avergonzados y que promete su Espíritu y presencia en sus vidas.

Dios llama a su pueblo a arrepentirse y a volver sus pasos hacia Él.  Dios tendrá misericordia de ellos y cambiará juicio por bendición (2:12-14). Dios enviará su Espíritu sobre las personas y los jóvenes tendrán la capacidad de entender y discernir lo que Dios quiere para ellos (2:28-30). Vendrá sobre el pueblo una época de paz, gozo y prosperidad (2:19-27; 3:18-21).

Dios se encarga de nuestras necesidades (Joel 3:16). Hará temblar la tierra con su voz. Muchos temerán a causa de la presencia de Dios, “pero Dios…”, y esto nos debe dar fuerzas, es y será “nuestra Esperanza”. Nuestra fe está basada en Él, quien promete que siempre estará. También es “nuestra Fortaleza”. “Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza”, quien defiende nuestra causa (Salmos 46:1-3).

Debemos sentirnos muy importantes, porque nuestras vidas son valiosas para Dios y tiene un plan para cada uno. Oremos pidiendo que Dios nos perdone, que envíe su Espíritu sobre nosotros, que nos renueve, traiga paz y abundancia en medio de las necesidades de cada familia y de la sociedad. Dios suplió las necesidades, cuando el pueblo se volvió a Él. Dios vio que los Filipenses tenían un corazón dispuesto a dar y seguramente les bendijo. Aún en este tiempo es la Esperanza y Fortaleza de todos aquellos que se mantienen firmes en su camino como los Filipenses, también de aquellos que habiéndose equivocado, se vuelven a Él, como el pueblo de Dios en los tiempos de Joel.

ESPERANZA Y FORTALEZA TENEMOS EN DIOS

jueves, 19 de julio de 2012

YO SOY UN TRIUNFADOR EN CRISTO - (15/07/2012)


Por el pastor Osvaldo D'Emilio
Lectura: 2 Corintios 2:14-17; Romanos 8:37

Este tiempo es el resultado de decisiones del pasado. Lo vemos en lo social, en cómo estamos viviendo, también en lo político. Además repercute en las situaciones laborales y en la economía de todo el país. Pero por sobre todas las cosas afecta a la familia.

Caminamos sin saber qué va a pasar. Una persona así se nota que está apesadumbrada, “bajoneada”, con la cabeza baja, está esperando encontrar algo que lo “salve”. Algunos dicen, “todo se va arreglar”, y no le creemos, pero otros dicen, “esto nunca va a cambiar”, y a estos sí les creemos. Estamos más propensos a escuchar los problemas que las soluciones. Escuchamos más las noticias desagradables, que las buenas Noticias.

¿Qué esperamos para este tiempo en nuestras vidas? Un conjunto de los 70 cantaba una canción muy conocida que decía en su letra “yo quiero ser un triunfador, de la vida y el amor…”, ellos eran “Los Iracundos”. Se dice que quien era el cantante, hoy es cristiano, y también algunos más. Pero vemos que en su letra, lo trataba en tiempos futuros, “yo quiero ser…”. Hoy podemos decir, “Yo soy un triunfador…”. No dice que “fui” en el pasado, ni que lo “seré” en el futuro. Tampoco en potencial, que “sería”. Me está hablando en tiempo presente, “me lleva siempre en Triunfo…” en este tiempo.

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Pablo manifiesta su agradecimiento a Dios primero. Esa debería ser nuestra actitud hoy en día. A pesar de la circunstancias, de las dificultades, de todo lo que nos pasa, debemos agradecer y poner en alto a Dios en primer lugar, no importa el inconveniente que podamos llegar a tener.

La razón de estar agradecido era muy valedera. Esta carta la escribe después de haber mandado la primera desde Éfeso, donde sanciona a quien había cometido algo muy desagradable, se había producido una crisis en medio de los creyentes. Además había personas que cuestionaban su ministerio. Pablo vivía en medio de una crisis volviendo de macedonia y a pesar de todo agradece a Dios.

Dios “me lleva siempre…”. Nos preguntaríamos hoy, ¿Quién nos conduce?  Cuando Jesús estaba sobre la tierra, muchos le seguían, y dentro de ellos había necesitados que Él bendecía. Si queremos ser Bendecidos por Jesús tenemos que seguirle a Él de cerca. No perderle pisada, estar al lado, si es posible tomarlo de la mano como un padre lleva a su hijo para no perderlo, “déjate llevar por Dios”.  Algunos dicen: “Quizás en otro momento, más adelante, o en algunas ocasiones”, pero la Palabra de Pablo es: “Nos lleva siempre…”, en todo momento. No debemos soltarnos de la mano, ni abandonar en ningún momento el camino. 

El triunfo de Cristo es nuestro. En la cruz Él manifestó el triunfo y lo hizo por nosotros. Nos ha hecho participes del triunfo, la Victoria es nuestra también. Pablo dice a los Romanos, “nos ha hecho más que vencedores”.  Por eso podemos declarar “YO SOY UN TRIUNFADOR EN CRISTO”. Triunfo sobre las enfermedades, sobre los problemas familiares, aún en lo social, moral y espiritual.

Un triunfador hace gala de lo que ha ganado, debemos dar a conocer a Cristo. Somos los responsables de manifestar el “olor de su conocimiento en todo lugar”. Muchos están esperando que destilemos ese grato olor, no solo por lo que sepamos, solamente sino porque se nos reconozca que tenemos relación o comunión con Dios. Si estamos en un ambiente donde todos fuman, seguramente cuando salimos, muchos se dan cuenta donde hemos estado porque nuestra ropa toma olor. Así nuestra vida manifieste el olor de la presencia de Dios a quienes están a nuestro alrededor, declarando el triunfo de Cristo.

“YO SOY UN TRIUNFADOR EN CRISTO”

Un ministerio poderoso a través de instrumentos débiles - (08/07/2012)


Por el predicador Juan Nieto
Lectura: 2° Corintios 5:17-21

Pablo tenía un ardiente celo por la gloria de Dios, una fuerte lealtad a la verdad del evangelio, un gran amor hacia aquellos que les predicaba, incluso enfrentaba a aquellos que destruían la unidad de la iglesia.

Cristo es el sí de Dios para nosotros y nuestro sí hacia Él (V. 17). Su nacimiento, su vida, su enseñanza, su muerte y su resurrección, y nuestra identificación con Él por medio de la fe nos hacen nueva criatura. Identificarnos con Él es reconocer a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Nuestra relación personal constante con Cristo transforma todos los aspectos de nuestra vida.

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Reconciliación, perdón (V. 18a). Volver a las amistades, atraer a los que están desunidos. Isaías 44:22 dice “Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí”. Sólo Cristo llevó todo el pecado del mundo sobre la cruz para dar perdón, salvación, fe, vida, sanidad, libertad, esperanza, paz, restauración, victoria, un nuevo comienzo cada día.

“Nos dio el ministerio de la reconciliación” (V. 18b), reconciliar es perdonar, “hacer que algo sea diferente”, según lo expresa Max Lucado en su libro “3:16”.

Dios perdona y olvida todo (v. 19). “Nos encargó a nosotros (la iglesia) la palabra de reconciliación”, de perdón, la palabra de Dios (la Biblia). Un encargo es una comisión, un pedido.

Somos embajadores (v. 20) en nombre de Cristo, representantes de una autoridad gobernante, madurez espiritual.
Tendremos el ministerio de la oración, si nos entregamos con constancia y fe a ella. Dios va a cambiar “las oraciones de nuestra vida” en una vida de oración.

Por Cristo somos hechos justicia de Dios, la verdad, aprendemos a conocer, a vivir y a dar esa verdad por el Espíritu Santo. Juan 16:13 dice “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad”.

domingo, 8 de julio de 2012

Cosmovisión en la comisión - (01/07/2012)

Por el pastor Osvaldo D'Emilio

Lectura: Mateo 28:18-20

Cuando nos referimos a la Cosmovisión hablamos de un todo. Por un lado nos referimos a los 360 grados alrededor de nosotros, pero también a la altura, la profundidad y la anchura. En pocas palabras nos referimos a un “TODO”, de parte de Dios en Jesucristo. Ese “TODO”, es delegado a la Iglesia, nosotros, para que manifestemos el amor y el poder de Cristo a quienes están a nuestro lado.

Jesucristo es la máxima Autoridad, como tal, Él mismo fue respetuoso de las autoridades humanas, y de eso debemos aprender. Seguramente con algunas de ellas, en este momento no estamos de acuerdo, tampoco lo estaba Jesucristo en aquel tiempo, pero las respetó. Aunque nos cueste las debemos respetar en el mundo natural. Pero en el espiritual, Jesús dijo: “TODA Autoridad me  ha sido dada en el cielo y en la tierra”, ella está vigente aún en este tiempo. Filipenses 2:9-11 dice “en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra…”, para que “Toda lengua confiese…”, manifestar públicamente el Señorío de Cristo, con gozo y alabanza. Esa Autoridad es la que representa Jesucristo en nuestras vidas y la que delego desde aquel tiempo a la Iglesia, para transmitir su Poder. Tenemos una “Cosmovisión en la misión”, manifestar el Poder de Jesucristo a todas las naciones. Cuando Jesús dice “Id y haced discípulos”, se refiere a caminar por esta vida trasmitiendo aquello que nos enseño, formando aprendices o seguidores de Él y no nuestros, pero si dando el ejemplo de lo que hemos aprendido.


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Nos habla de “Todas” las naciones y ellas pueden llegar a ser quienes nos rodean: familiares, vecinos, amigos, compañeros de trabajo, etc. “Bautizándoles”, significa hacerlos nacer a una nueva vida en Jesucristo. No es que nos vamos a olvidar de todos nuestros seres queridos, sino que va a haber un cambio en nuestro interior que hará que nuestra vida la vivamos diferente y lo noten los demás.

“Enseñando que guarden ‘TODAS’ las cosas”. En muchos casos, cuando comenzamos a aprender, llega un momento que creemos que ya lo sabemos todo. Pero podemos decir que todos los días aprendemos algo nuevo de parte de Jesucristo, y eso lo debemos dar a conocer. El “guarden”, no significa encerrarlas en un cajón y olvidarnos de eso, sino de poner en práctica. Así como hemos aprendido nosotros, las debemos dar a conocer, para que se reproduzca en otros el mensaje de Jesucristo. Dios nos sorprende cada día cuando caminamos con Él. Debemos ir desarrollando nuestro conocimiento espiritual enriqueciéndonos más a través de Su Palabra

Contamos con el respaldo de Jesucristo en todo momento. Él dijo también: “he aquí…”, habla de este tiempo, del ahora. Nos hace ver que su promesa es presente, que en la medida que lo declaremos, él no falla. Su compañía está asegurada: “Yo estoy…”. Muchos nos prometen, y fallan, pero Jesucristo está siempre y nos dice como máxima: “Estoy… TODOS los días”. En esta Palabra está fundamentada nuestra fe. Está en todo lugar, no nos abandona: en casa, en el trabajo, en la escuela, la facultad, transitando. Declaremos hoy: “Jesús está conmigo siempre”.

Desde el comienzo de la Iglesia, Jesús se mantiene fiel, esa es la “Cosmovisión de la Misión”. Tenemos Su respaldo mientras sigamos sus pasos. Él es quien va adelante, así como sus discípulos los seguían, nosotros debamos caminar con Él. Tengamos presente que “Jesús está con nosotros TODOS los días hasta el fin del mundo”.

sábado, 30 de junio de 2012

El Ministerio Déboras tuvo su reunión de apertura


El viernes 29 de junio el Ministerio Déboras llevó a cabo una reunión especial para todas las mujeres de la congregación "Templo Unción". La misma fue a modo de apertura de las actividades del año, a pesar de haber ya comenzado anteriormente. Para esta ocasión, Mary Guerrieri, esposa del pastor Osvaldo D'Emilio, llevó el mensaje de Dios animando a estar "quietas y en silencio" para poder disfrutar del Espíritu Santo y dedicarle tiempo.

A continuación podrá escuchar el mensaje completo, próximamente tendrá la posibilidad de disfrutarlo en video:

Parte 1

Parte 2




(Haciendo click en la imagen podrá acceder al álbum de fotos)

Dios nos llama a "despertar" y "trabajar" - (24/06/2012)

¿Cuántas veces nos sentimos desanimados y hemos bajado los brazos cuando teníamos que realizar determinada tarea? El mensaje de hoy es un estudio del libro de Hageo en el que Dios nos llama a “despertar” (cap. 1) y “trabajar” (cap. 2). Dividido en dos partes, el pastor Osvaldo D’Emilio compartió este mensaje en el culto de la mañana (capítulo 1) y el de la tarde (capítulo 2) del domingo 24 de junio. A continuación lo invitamos a que pueda disfrutar de ambas prédicas.

Parte 2

martes, 19 de junio de 2012

Dios quiere restaurar a su hijos - (17/06/2012)


Por el pastor Osvaldo D'Emilio
Lectura: Marcos 5: 21-24; 35-41

Muchos padres están preocupados por lo que pasa con sus hijos. Lo que nos brinda la sociedad no es garantía de que, a través de la educación, pueda mejorar la situación actual. A través de las vivencias de nuestros hijos vemos que nuestra preparación, en muchos casos, es limitada. Los tiempos han avanzado tanto, que nos hemos “quedado atrás”. Los peligros nos rodean a todos, pero nosotros debemos estar, con la cobertura de Dios, nuestro Padre.

En el mensaje de hoy veremos el esfuerzo de un padre por su hija. Ese esfuerzo debe ser nuestro porque son nuestros hijos, no tenemos que medir las limitaciones sino dejar de lado los impedimentos y rechazar a quienes nos dicen que bajemos los brazos. Dios es este Padre.

Jairo, el Padre que trae a Jesús a su casa. Había muchas personas que creyendo que podían ayudar, alborotaban el lugar. Lloraban y gritaban, y todo esto no traía ninguna solución, al contrario, perturbaba a los habitantes de la casa. A este padre no le importó la distancia que había, no fue a buscar lo más cercano, lo más fácil, sino que hizo el esfuerzo y salió de ese entorno, fue donde estaba Jesús, quien luego, al llegar a su casa, “echo a todos los que molestaban”.


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En este pasaje vemos a un padre que quiere que Jesús entre en su casa porque cree que solamente poniendo Él sus manos sobre su hija, ella sanará. En muchos casos el desanimo nos ataca, nos propone bajar los brazos, abandonar nuestra fe, escuchar las voces de los que nos rodean. Sin embargo, Jesús dice: “No temas Cree solamente”.

“El perfecto amor hecha afuera el temor” (1° Jn 4:17-19). Si hay algo que tenemos que echar fuera, es porque le hemos permitido entrar. Eso nos ha causado una alteración que ha afectado a toda nuestra casa. Debemos saber entender qué es lo que nos hace bien, como también qué es aquello que nos hace mal. Lo bueno, dejarlo entrar, y a lo malo, si está afuera, cerrarle la puerta, y si ha entrado, echarlo fuera.

El pasaje dice que “echando fuera a todos, entró con sus padres, y con, Pedro, Jacobo y Juan”. Pedro representa la roca, el fundamento (Mat. 16:18). Tenemos que echar bases sólidas en nuestra fe.

Jacobo se encargaba de remendar redes. Cuando éstas comenzaban a trabajar, por la fuerza que debían realizar, algunas producían un deterioro y se rompían permitiendo que se perdieran los peces que debían de pescar. Jacobo con Juan se encargaban de remendar y/o reparar esas redes, para que la pesca sea más efectiva.  Representa al que restaura las vidas, para que no se pierda nada de aquello que pueda recibir.

Juan, representa el Amor de Dios, el era “el discípulo amado”. Era el que se recostaba sobre el pecho de Jesús, el discípulo más joven, el amor de Dios a todos aquellos que le seguían, y están dispuestos a caminar con Él, sin miedo a las circunstancias que deben enfrentar.  Recordemos que Juan era el que estaba al pie de la cruz cuando Jesús fue crucificado.

“Tomando la mano de la niña le dijo “Talita cumi […] Niña a ti te digo levántate”. No te des por vencido, Jesús es el que te toma de la mano y te dice, “levántate”. Él desea que nuestra vida tenga nuevas oportunidades, Dios es el Padre que desea lo mejor para sus hijos. Sólo en Él hay esperanza. En lo personal debemos alimentarnos de Su Palabra y fortalecer nuestro espíritu.

martes, 12 de junio de 2012

Jubal: Inscripciones abiertas

Jubal abrió las inscripciones 2012 para estudiar teclado y batería. Luego de algunos años vuelve con un sistema de estudio totalmente renovado, éste facilita la ejecución inmediata del instrumento al tratar la teoría desde la práctica.

La realidad actual de gran parte de las congregaciones de la ciudad es que necesitan de manera apresurada músicos que sepan tocar, por lo que no pueden esperar a que éste realice una carrera o curso académico para ello. Por tal motivo, quienes hacen Jubal consideran adecuada la enseñanza práctica, aunque no superficial, de los instrumentos básicos como lo son el teclado y la batería. Al trabajar sobre canciones específicas (una por cada clase), el alumnos podrá adquirir conocimientos teóricos que surgen de la propia experiencia, facilitando así el aprendizaje.

Si bien aún no se ha fijado una fecha de inicio de clases, quienes gusten aprender a ejecutar estos instrumentos ya pueden anotarse por correo electrónico a templouncion@gmail.com o acercándose a los músicos de la iglesia Templo Unción.

Aviva tu obra - (10/06/2012)


Por el pastor Osvaldo D'Emilio
Lectura: Habacuc 3:1-2

Los días de Habacuc no eran los mejores. El pueblo estaba en tiempos de crisis nacional, rodeado de injusticia, uno de los períodos más críticos de la historia de Judá. El país había descendido de las reformas de Josías a los abusos que sufrían sus habitantes, medidas opresivas contra los pobres, y la alteración del sistema legal. Los países que lo rodeaban estaban en guerra por lo que el pueblo se sentía amenazado. Palabras como iniquidad, dificultades, saqueos, violencia, pleitos, contiendas, ley ineficaz,  injusticia, rrepresentan esos tiempos. Los malos encierran a los rectos, el juicio de los perversos prospera.

En estos días vemos cuántas cosas similares nos pasan que no nos permiten terminar nuestros proyectos de vida, probablemente en tareas que hemos empezado, quizás en lo personal: en el estudio, en la casa, en el trabajo. Buscamos alcanzar una mejor posición en lo social, tener un mejor nivel cultural.


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Pero también vemos aquellas cosas que hemos querido empezar y que no lo hicimos. En algunos casos eso genera insatisfacción, frustraciones por no haber desarrollado nuestro potencial. Muchas veces dependemos de nuestras propias decisiones, y otras de las de nuestros mayores, quienes no ven los deseos de cada uno de nosotros.

En este día veremos que podemos contar con Dios. Él ve en nosotros el potencial que tenemos, conoce el trabajo que podemos realizar, sabe por dónde debemos empezar, y es quien respalda la tarea que hemos de realizar.

Habacuc viene de resaltar un momento difícil de su pueblo, en el capítulo 2 manifiesta las características de los babilonios. Les habla a los que no hacen lo recto, a quienes desean ganancias deshonestas. Pensaban que podían escapar de quienes les reclamarían por sus agresiones. Pero Jesús es quien responderá por su pueblo. (2 vs 11)

Habacuc clama y canta con todas sus fuerzas (v. 3:1). Esto es lo que representa Sigionot. Manifiesta la Emoción de su presencia, tiene la sensación de Victoria. Es como adelantarse por Fe a lo que Dios ya ha respondido. (Tengamos esa sensación). La Palabra de Dios conmueve todo el ser de Habacuc. Él dijo: “He oído Tu Palabra…”. A pesar de todo lo que pasa alrededor, a pesar de las injusticias que se cometen, a pesar de las muchas voces que se levantan. “He oído Tu Palabra, y temí” (No dice tuve miedo). Vibra todo mi ser ante la presencia de Dios, se conmueve toda mi alma ante el maravilloso Poder de Dios. Comprendo que la voz de tu presencia permanece para siempre.

Escuchando su voz, reclamó su acción. “Aviva tu obra en medio de los tiempos”. En otras palabras le está -y nos está- diciendo “Señor, haz reaccionar a tu pueblo”. Así como Dios envía Su Palabra, también envía Su Espíritu sobre nuestras vidas para hacernos ver el trabajo que debemos realizar. La “Obra” necesita “obreros”. ¿Hay quien busca trabajo? La acción de Dios despertará a quienes deseen trabajar. No podemos esperar crecer sin hacer nada. No significa que cada uno haga lo que quiera, sino que sepa escuchar a quien le dé las indicaciones. Nuestra disposición manifestará nuestra acción.

Es el tiempo de dar a conocer la manifestación del Poder de Dios. La Obra no es sólo cada congregación o la Iglesia, no es sólo cada ministerio, ni aquello que podamos nosotros realizar. La Obra es la manifestación del Poder de Dios sobre todas las vidas, porque Dios es el Dios de la Obra. (No somos los dueños). Es el Tiempo de dar a Conocer la importancia, Poder y Manifestación de su gran Misericordia.

A pesar de las dificultades, podemos salir adelante. Aquello que pasa no nos va a hacer bajar los brazos. A pesar de que se levanten tantas voces, atenderemos a La Voz de Dios. Nuestra disposición a trabajar debe estar siempre. Nuestro trabajar será efectivo, cuando veamos cómo aquello que damos a conocer, Su Palabra, da frutos en las vidas que la han recibido. “La mies es…”, “Denles ustedes de comer…” “Te aconsejo que avives el fuego…”. A pesar de que mi entorno no sea el mejor, levanto los ojos por encima de las dificultades (Sal 121:1).