Lectura:
Mateo 4:12, 17; 3:1-2; Is. 55:6-11
En el mensaje de hoy veremos cómo se produce el cambio en
las personas, qué actitud debemos tener ante las
circunstancias que nos apremian, en qué condiciones nos encontramos, por qué se
debe efectuar dicho cambio y hacia dónde nos llevará los pasos que demos hoy.
Jesús tomó el mensaje de Juan el bautista, cuando fue bautizado todos vieron cómo descendía el Espíritu Santo
sobre Él como paloma. ¿Cuál era el mensaje de Juan el
bautista? “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”, instaba
a las personas a que tengan un cambio de mentalidad. No era poca cosa, era el
reino de Dios que quería establecerse en la tierra, era volver a formar parte
del reino de Dios. “Viene uno más poderoso que yo…, os bautizará con Espíritu Santo y
Fuego” (Mat. 3:11). Dios no mandó representantes, él mismo en la
persona de su Hijo se hizo presente, hoy su Espíritu Santo. Podían poner
preso a Juan el bautista, incluso lo mataron, pusieron preso a Jesús y lo
crucificaron, muriendo por nuestros pecados. Pusieron presos y mataron a muchos
de sus profetas y discípulos, pero
La Palabra de Dios no está presa, sigue siendo
predicada y trae libertad a cuantos la oyeren. Por tal motivo trae
arrepentimiento y perdón a quien la escucha.
Debemos darnos cuanta en qué condiciones nos encontramos.
En muchos casos planteamos excusas por nuestras
situaciones, somos los mejores en tener una posición para que nos tengan
lástima por la razón en la que nos encontramos. En general le echamos la culpa
a otro, sea a nuestros padres, la sociedad o alguien que no pueda defenderse.
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Debemos darnos cuenta por nosotros mismos cómo nos encontramos
(Is. 55:6-11). El profeta manifiesta que el pueblo
estaba lejos (“buscad…”), habían perdido el camino y la dirección.
Evidentemente estaban lejos de Dios (“llamadle…”.), de alguna manera les está
diciendo ¡todavía están a tiempo! “En tanto que está cercano”.
Debe de haber un “CAMBIO DE DIRECCIÓN”. El Arrepentimiento que predicaba Juan el bautista y Jesús, manifestaba
un cambio de mentalidad, un cambio de dirección. ¿Estaban y estamos yendo por
el camino equivocado? Revisémoslo. Dios, por medio del profeta, plantea varias
cosas (Is. 55:7), “Deje el impío su camino…”. Se refiere al hombre malo y
pecador, y a sus acciones. “El hombre inicuo, sus pensamientos”, la persona que
es transgresora. El camino del hombre es lo que ya decidió en sus pensamientos,
por eso el “arrepentimiento” que predicaba Juan el Bautista y Jesús se refería
a un cambio de mentalidad, ese que espera de cada uno de nosotros cada día,
“Vuélvase a Jehová”. No sigamos cometiendo los mismos errores, que el cambio sea
efectivo.
Tenemos promesas de su parte, “tendrá misericordia”. Dios es bueno con nosotros, no tomará
en cuenta nuestros pecados si nos arrepentimos. Él, por medio de su Hijo, nos
limpio con su sangre. “Será amplio en perdonar”, algunas veces decimos
nosotros, “esto no tiene perdón de Dios”, pero si hay arrepentimiento, hay
perdón. Muchas veces nosotros no perdonamos cuando nos piden perdón, en otros
casos, perdonamos de la boca para afuera, pero cuando nos hacen algo
nuevamente, nos acordamos de todo lo que nos hicieron. “Dios es amplio en
perdonar”.
A quien Dios perdona le revela sus secretos (vs 10-11). “Mis pensamientos son altos”, “Mis caminos son más altos”. Dios
no quiere tener secretos con quienes se vuelven a Él, “así como desciende la
lluvia y la nieve…”, Así descenderá Su Palabra y llenará la tierra a través de
sus hijos, “será prosperada”, producirá frutos.
El mensaje de Juan,
no quedó callado, Jesús, tomo la posta y lo predicó. Antes que Él partiera, lo
manifestó a sus discípulos. Hoy la iglesia debe llevar el mensaje de volverse a
Dios a toda la sociedad, arrepintiéndose de sus pecados. Volverse a Dios, dejar
el camino equivocado, encontrando la amplitud de su gran amor y misericordia. ¿Tenemos
algo de que arrepentirnos? Si tenemos que Cambiar de Dirección, todavía estamos
a tiempo.