Por el Pastor Osvaldo D'Emilio
En el mensaje anterior decíamos
que una persona positiva ve en cada dificultad un desafío. Hoy no sólo veremos
eso, sino también las oportunidades que Dios nos presenta para que nos demos
cuenta de su gran misericordia.
Dios siempre nos brinda la oportunidad para estar cerca de Él, estando
Él cerca de nosotros cada día (Oseas 11:4). Pero no es que quiera
sobreprotegernos, sino que ve en nosotros cualidades que ayudan a que seamos el
nexo para con aquellos que están pasando dificultades y no saben cómo salir de
ellas.
En la palabra de Dios encontramos
cómo Él se quiere comunicar con su pueblo pero éste no lo escucha, no entiende
sus mensajes, ni tampoco se preocupa por “descifrar” aquello que quiere decir.
Dios buscó hacer reaccionar a su
pueblo, estaban muy cómodos en sus lugares, era así a tal punto que en un
momento los llama “vacas de Basán”, engordados a causa de los pobres, habían
llegado a eso aprovechándose de los débiles.
Escuchá el mensaje completo acá
Dios les presenta cinco dificultades para que en ellas vean
oportunidades de restaurar su comunión con Él. “Les hice estar a diente limpio” (Amós 4:6), se refiere a que
los hizo pasar hambre. Imagínese no tener nada para comer, ¿qué actitud
tendríamos nosotros? Con todo eso no se volvieron a Dios.
“También detuve la lluvia…” (4:7).
El pueblo sufrió la sequía, algunos tuvieron que mudarse de lugar, dejaron de
ser bendecidos. Con todo eso no se volvieron a Dios.
Todo lo que habían producido lo
perdieron (4:9), sufrieron las consecuencias de las pérdidas de
cosechas. Cuando hay sequía se mueren los animales, escasean y aumentan los
alimentos. Con todo eso no se volvieron a Dios.
La desprotección causa muerte
(4:10). En estos tiempos estamos sufriendo las consecuencias de la
sociedad alejada de Dios. Esto es causa de desprotección y el enemigo se ensaña
con las vidas de las personas. No es que Dios nos mate, sino que al no
volvernos a Él como debería ser, estamos desprotegidos y se cumple la primer
parte de Juan 10:10. “El enemigo viene para robar, matar y destruir…” y lo hace
de diferentes formas como la droga, el alcohol, la violencia o la prostitución.
Pero la segunda parte del pasaje de Juan dice “yo vine para darles vida y vida
en abundancia”. Con todo eso, el pueblo no se volvió a Dios.
Al estar sin Él, la mentalidad de
las personas es alterada (4:11). Se produce un desequilibrio en ellas como
consecuencia de un vacío emocional que no pueden llenar con nada. No hay ningún
medicamento que pueda satisfacer las necesidades de las personas. Con todo eso
no se volvieron a Dios.
Pero a pesar de las decisiones
que tomamos, Dios nos sigue dando oportunidades (4:12-13). Debemos dejar de
lado las posiciones que no nos ayudan para nada, no nos escapemos del fuego de
su presencia. Los pensamientos que endurecen nuestra actitud hacia los demás
afectan nuestra comunión con Dios. Cuando los discípulos vieron el hambre de
los cinco mil se los quisieron sacar de encima, pero Jesús tomó otra posición,
él dijo “denles ustedes de comer”, y el dar a otros sació también su hambre.
Volvernos a Dios hará que Él
provea, no por la necesidad, sino por Dios mismo. “En las dificultades tenemos nuevas oportunidades”.
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