lunes, 21 de mayo de 2012

En las dificultades tenemos nuevas oportunidades - (20/05/2012)


Por el Pastor Osvaldo D'Emilio

Lectura: Amós 4:6-13; Habacuc 3:17-19; Mateo 14:16; Lucas 9:13; Juan 10:10

En el mensaje anterior decíamos que una persona positiva ve en cada dificultad un desafío. Hoy no sólo veremos eso, sino también las oportunidades que Dios nos presenta para que nos demos cuenta de su gran misericordia.
Dios siempre nos brinda la oportunidad para estar cerca de Él, estando Él cerca de nosotros cada día (Oseas 11:4). Pero no es que quiera sobreprotegernos, sino que ve en nosotros cualidades que ayudan a que seamos el nexo para con aquellos que están pasando dificultades y no saben cómo salir de ellas.

En la palabra de Dios encontramos cómo Él se quiere comunicar con su pueblo pero éste no lo escucha, no entiende sus mensajes, ni tampoco se preocupa por “descifrar” aquello que quiere decir.

Dios buscó hacer reaccionar a su pueblo, estaban muy cómodos en sus lugares, era así a tal punto que en un momento los llama “vacas de Basán”, engordados a causa de los pobres, habían llegado a eso aprovechándose de los débiles.

Escuchá el mensaje completo acá

Dios les presenta cinco dificultades para que en ellas vean oportunidades de restaurar su comunión con Él. “Les hice estar a diente limpio” (Amós 4:6), se refiere a que los hizo pasar hambre. Imagínese no tener nada para comer, ¿qué actitud tendríamos nosotros? Con todo eso no se volvieron a Dios.

“También detuve la lluvia…” (4:7). El pueblo sufrió la sequía, algunos tuvieron que mudarse de lugar, dejaron de ser bendecidos. Con todo eso no se volvieron a Dios.
Todo lo que habían producido lo perdieron (4:9), sufrieron las consecuencias de las pérdidas de cosechas. Cuando hay sequía se mueren los animales, escasean y aumentan los alimentos. Con todo eso no se volvieron a Dios.

La desprotección causa muerte (4:10). En estos tiempos estamos sufriendo las consecuencias de la sociedad alejada de Dios. Esto es causa de desprotección y el enemigo se ensaña con las vidas de las personas. No es que Dios nos mate, sino que al no volvernos a Él como debería ser, estamos desprotegidos y se cumple la primer parte de Juan 10:10. “El enemigo viene para robar, matar y destruir…” y lo hace de diferentes formas como la droga, el alcohol, la violencia o la prostitución. Pero la segunda parte del pasaje de Juan dice “yo vine para darles vida y vida en abundancia”. Con todo eso, el pueblo no se volvió a Dios.

Al estar sin Él, la mentalidad de las personas es alterada (4:11). Se produce un desequilibrio en ellas como consecuencia de un vacío emocional que no pueden llenar con nada. No hay ningún medicamento que pueda satisfacer las necesidades de las personas. Con todo eso no se volvieron a Dios.

Pero a pesar de las decisiones que tomamos, Dios nos sigue dando oportunidades (4:12-13). Debemos dejar de lado las posiciones que no nos ayudan para nada, no nos escapemos del fuego de su presencia. Los pensamientos que endurecen nuestra actitud hacia los demás afectan nuestra comunión con Dios. Cuando los discípulos vieron el hambre de los cinco mil se los quisieron sacar de encima, pero Jesús tomó otra posición, él dijo “denles ustedes de comer”, y el dar a otros sació también su hambre.

Volvernos a Dios hará que Él provea, no por la necesidad, sino por Dios mismo. “En las dificultades tenemos nuevas oportunidades”.

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