martes, 3 de abril de 2012

CUIDEMOS NUESTRO LUGAR - (06/02/2011)


Lectura: Zacarías 3:7

Uno de los grandes males de nuestra sociedad es que las personas desean aquello que los demás lograron. Puede ser un trabajo, una profesión, familia, casa, o algo que nosotros no alcanzamos a tener. Seguramente vemos los logros de quienes nos rodean y los queremos para nosotros, pero no vemos, en su mayoría, el esfuerzo que realizaron, ni tampoco lo queremos imitar. Queremos lo mejor, pero con el mínimo esfuerzo.

Todo lo que tenemos es  dado por Dios, ¿pero que debemos hacer con eso? Cuando Él nos entregue algo en nuestras manos, ¡Cuidémoslo! Cuando nos confíe  algo ¡Guardémoslo! Cuando nos diga que hagamos algo en la vida, ¡Hagámoslo! Cuando nos diga que protejamos algo que es de Él, ¡Protejámoslo! Los beneficios son cuantiosos, las bendiciones son las mejores, y sobre todo, tenemos el reconocimiento mayor que pueda recibir cualquier persona de parte de Dios.

No debemos olvidar que Dios nos ha dado su preferencia. Pudo ocupar a otras personas pero nos “eligió a nosotros”. Nos hizo, “Herederos de su amor”. Vio en nosotros la capacidad y la dedicación para hacerlo y también la decisión para lograrlo. Vio en nosotros que somos “Los Únicos”. Es por eso que hemos titulado este mensaje… ¡Cuidemos nuestro lugar!

Cuidemos nuestro lugar aún cuando estamos cansados: Nehemías 4:14-23. Pidámosle fuerzas a Dios, recordemos que es Él quien da las fuerzas. No nos quedemos tirados en medio del camino, Dios está de nuestro lado.
Cuidemos nuestro lugar a pesar de las amenazas de las personas. Que nadie nos dé temor, “Dios no nos ha dado espíritu de cobardía”. Recordemos que quien pelea contra nosotros, contra Dios se está enfrentando.

Cuidemos nuestro lugar a pesar de nuestro propio desanimo. Nehemías 1:2-4. Siempre vamos a tener quien piense diferente, Jesús los tuvo. Algunos serán de nuestro alrededor pero no debemos desanimarnos, nosotros no debemos caer en la trampa. Nehemías.2:20; 6:1-3

Cuidemos nuestro lugar a pesar de las críticas. Ninguna persona débil se convierte en conquistador. Sin embargo siempre vamos a ver personas que se conviertan en nuestros críticos.Hechos 13:4-8: 18:1-6. No debemos dar lugar a que nos desanimen. Cuidemos el lugar que Dios nos dio.

Hay otros que desean nuestro lugar, pero no son capaces de tener un lugar propio y diferente al nuestro. Pero debemos saber que cuando Dios llama, Dios respalda.

Existen ciertos requisitos para tener un lugar en la tierra, caminar con Él, hablar y escucharlo, entre otros. (“andarán dos juntos si no estuvieren de acuerdo” Amos 3:3).También debemos guardar sus mandamientos. 
A modo de “garantía” Dios nos dice “Gobernaras mi casa”.

La casa de Dios es todo nuestro ser, “Templo del Espíritu Santo” (cuerpo, alma y espíritu). Nos da la autoridad para cuidar nuestro ser, que muchas veces por excesos nos afectan y reacciona  de acuerdo a nuestra conducta equivocada.

Cuerpo: Cuanto nos cuesta tomar el control. Dios nos da sabiduría que debemos emplear para cuidar de él y que aquello que nos hace mal no ingrese para perjudicarnos.

Alma: Donde se asientan las emociones, los sentimientos, la voluntad. Es allí donde el enemigo muy sutilmente comienza a trabajar y quiere hacer desmoronar nuestra casa.

Espíritu: Donde debilita el cuerpo y el alma, el enemigo tiene el terreno libre para controlar el espíritu de la persona. Es por eso que debemos ser sabios para no dejar ninguna puerta abierta.

“También guardaras mis atrios”. Los atrios representan el lugar de acceso al Templo. Debemos tener el control sobre la entrada y salida de nuestro cuerpo, nos debemos reservar el derecho de admisión. Todo aquello que nos hace bien puede entrar, pero todo aquello que puede llegar a afectarnos, tenemos que saber rechazarlo. Si hay algo que debe salir, o no entrar, echarlo a tiempo. Pongámonos firmes para cuidar todo nuestro ser.

El lugar que Dios nos da, trae lo mejor. Las mejores comodidades, la mejor provisión, el mayor descanso, la mayor fuerza, la mejor protección, las mejores bendiciones y un lugar en el cielo. (Juan. 14:1)

Recordemos que tenemos un entorno complicado, pero a pesar de eso Dios está de nuestro lado. El cansancio puede llegar a existir, en algunos casos el desanimo puede llega a afectarnos, las críticas siempre van a estar, pero tenemos una promesa de parte de Dios que es aquella que debe alentarnos cada día: a pesar de nuestros errores y complicaciones Él nos muda en otra persona “cambiando nuestras ropas viles por ropa de gala”.

Lo hizo a través de Jesucristo en la cruz mostrándonos un nuevo tiempo para nuestras vidas, y él nos dice. “Entre estos que  aquí están te daré lugar”.
“CUIDEMOS NUESTRO LUGAR”

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