martes, 3 de abril de 2012

MANTENIENDONOS LLENOS - “Cristianos con ¼ de Tanque” - (18/09/2011)


Lectura: Efesios 1:14-21; Números 33:50-56

Luego de meditar en la lectura de hoy, pienso que sería muy difícil encontrar en la Biblia una advertencia más clara que ésta. Dios advierte a su pueblo de las cosas que pueden pasar si no erradica de su vida diaria aquellas cosas o costumbres que a la postre podrían representar una trampa para ellos. A nosotros nos sucede lo mismo; en nuestras iglesias se predica hasta la saciedad, se nos advierte que ciertos comportamientos ó ciertas prácticas podrían traer fatales consecuencias. Lamentablemente, después de haber predicado, ya no se puede hacer mucho, todo queda en el terreno de la discreción o habilidad del que lo escucha y depende de él o de ella para ponerlo en práctica.


El médico hace lo mismo cuando le consultamos, nos previene de futuras enfermedades y posibles complicaciones si nosotros no seguimos al pie de la letra el tratamiento que nos ha dejado. El médico nos hace ver los motivos que han causado la enfermedad, nos suministra la medicina a tomar y nos alerta sobre las cosas que podemos o no podemos comer ó hacer.

Pero a veces parece que nos entra por un oído y se nos sale por el otro… hacemos caso omiso de lo que se nos ha dicho y después de una advertencia hecha, no se hace caso, lo único que queda es enfrentar las consecuencias.

A muchos cristianos Dios nos quiere usar a su máxima expresión, sabe que tenemos el potencial para hacerlo, nos llena, nos capacita, nos prepara, pero algunas actitudes o costumbres personales nos hacen que vivamos siempre como esos autos que siempre andan en un ¼ de tanque, siempre al borde del límite, más cerca de lo vacío que de la plenitud.

Veamos en el mensaje de este día un caso de descuido, negligencia, orgullo y muerte.

Cristianos con ¼ de tanque son aquellos que como el rey Acab viven pensando que ya no habrá guerras o que no les gusta escuchar la verdad (1 Reyes 22:1).

Como el rey Acab piensan que lo que tienen les alcanzará para hacer todo lo que quieran en la vida. Menosprecian lo que dice el profeta de Dios (22:28). Como el rey Acab mal gastan lo poco que tienen y no se preocupan por seguir llenando sus tanques (sus vidas).

Cristianos con ¼ de tanque son aquellos que NO se dan cuenta que tienen un área vulnerable en sus vidas y no hacen nada para taparla o quitarla (1 Reyes 22:32-34). Por esa área, entró una flecha que causó una herida que no era de muerte. Hubiera sido fácil practicar un torniquete y parar el desangrado. Pero se fue desangrando, ese era el momento para atenderse.

Hay cristianos que mueren por haber vivido con ¼ de tanque (2 Crónicas 18:33-34). La batalla inició por la mañana. Acab tuvo la oportunidad todo el día de arreglar esa pequeña herida. Así sucede a buenos cristianos que mueren en el campo de batalla por esas pequeñas heridas que no quieren atender. Cristianos que pierden sus casas de marfil así como la perdió Acab. Cristianos que dejan a otros sus ciudades fortificadas así como lo hizo Acab. Cristianos que salen de la batalla heridos y mueren cuando pueden dar mucho más a Dios y a Su Reino.

El problema del ¼ de tanque es que están mas al límite de que se le acabe el combustible. Cuando andamos con ¼ de tanque, la bomba de nafta absorbe toda la basura que está en el fondo del tanque y se pueden tapar los filtros perjudicando al motor. Hay personas que nunca miran el relojito del tanque de combustible. En algunos casos ni saben dónde está la tapa para cargar combustible.

Manteniéndonos Siempre Llenos tenemos la posibilidad de hacer mayores distancias, la potencia del vehículo tiene mayor navegabilidad. Debemos reaprovisionarnos continuamente. Eso hace más seguro nuestro viaje (Efesios 1:23; 3:19; 4:10).

Si en estos días hacemos una prueba de cómo nos encontramos, ¿qué diremos? ¿Acaso no tenemos algunas heridas que nos hacen perder fuerzas? ¿Tratamos de solucionar el problema, o esperamos que lo haga otro? Si nos damos cuenta que nos falta combustible espiritual, vayamos a la persona del Espíritu Santo para que nos aprovisione, y le podamos decir “tanque lleno”. Solo Él sabe cómo nos encontramos, y su combustible es el de mejor calidad. Así podremos decir, “Siempre llenos”.

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