domingo, 1 de abril de 2012

"EL CAMBIO PRODUCE CRECIMIENTO" - (24/10/2010)


Lectura: Filipenses 2:12-18

El deseo permanente en el ser humano es lograr un cambio que lo lleve a mejorar su posición en la vida, y Dios quiere que así sea. Pero lograrlo demanda mucho esfuerzo, nada podemos conseguir regalado.

Combinar el esfuerzo del hombre con la evolución permanente y sostenida ha sido el propósito de Dios para la humanidad, aunque la misma no ha llegado a comprenderlo.

Dos grandes impedimentos para lograrlo han sido desconocer la importancia del principio de autoridad superior tanto divina como humana y la responsabilidad que tenemos con la salvación de nuestras vidas.

La transformación completa del hombre es posible, porque Dios quiere que demos pasos firmes en esa dirección. Él quiere ayudarnos a lograrlo, porque solos es imposible. Por lo tanto “ES LA HORA DEL CAMBIO Y CRECIMIENTO”
Cambiamos y crecemos cuando hay un compromiso de nuestra parte de sujetarnos a la autoridad (v. 12 b-13). Es necesario reconocer que hay una autoridad superior (v. 12 a), debemos identificarla en los diferentes lugares donde nos desenvolvemos. Pero Dios es la suma de todas ellas, es la máxima autoridad. El obedecerla significa conocer, asumir y cumplir pautas y principios (v. 12 a).

Cambiamos y crecemos cuando nos abrimos al obrar de Dios (v. 12 b-13). Debemos asumir nuestra responsabilidad en el caminar con Dios (v. 12 b). “… ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor…”. Hoy tenemos muchos desocupados, pero también tenemos muchos que están ocupados en cosas que no le son de provecho ni productivas.
También hay muchos “ocupas”, aquellos que están en el lugar de otros o que no les pertenecen.

Dios perdonó nuestros pecados en la cruz, nos corresponde caminar con Él. Debemos cuidar de nuestra Salvación porque ella define nuestro futuro. No podemos pretender que por ser salvos hagamos lo que queramos.

Dios desea que aprendamos en el proceso de nuestras vidas, el cambio, crecimiento personal y espiritual completo de cada uno de nosotros (v. 13). Él nos acompaña a avanzar en ese proceso de cambio y crecimiento (v. 13).

Cambiamos y crecemos cuando asumimos el compromiso de perseverar (v. 14-18). El cambio y el crecimiento son dos elementos que deben ir de la mano. No debemos dar lugar en nosotros a las murmuraciones (quejas) y contiendas, porque esto entorpece el proceso de cambio que debemos lograr tanto en lo personal como en lo espiritual (v. 14-15 a). Como cristianos estamos llamados a dar testimonio de vida (v. 15) ¿Cuánto nos afecta el entorno en el que estamos hoy? (v. 15 b) Alguno podrá decir, “con todo lo que pasa se debe justificar mi actitud”, otros le echarían la culpa a los gobernantes por su falta de compromiso para con los ciudadanos. Algunos trabajadores a los jefes que tienen, pero también los jefes, directores o patrones a sus empleados. Algunos padres culpan a los hijos, pero también algunos hijos culpan a los padres. La esposa al esposo, como también el esposo a la esposa. Existen muchas personas que cree que siempre la culpa es del otro. Pero nosotros como cristianos estamos llamados a ser Luz del mundo.

Tener una actitud de disponernos al Cambio es el primer y más importante paso en el proceso hacia el crecimiento personal y espiritual. Lograrlo es posible cuando sabemos escuchar a la autoridad Superior y cuando nos afirmamos en la fuerza que proviene de Dios y no en la nuestra, solo de tal manera podemos avanzar.

Hay un aspecto de gran importancia para lograr la meta que es nuestra Salvación, la necesidad de permanecer firmes.
No podemos pretender, después de haber logrado el perdón en la cruz (Heb. 9:24-26), seguir viviendo a nuestra manera.

Lograr el Cambio y Crecimiento nos debe llevar en un proceso a Permanecer firmes en Cristo Jesús. (Jn. 15:1-7)
“ES LA HORA DEL CAMBIO Y CRECIMIENTO”. Esto dependerá de cada uno de nosotros.

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