Lectura: 2 Corintios 13:11
El tema central de la carta a los corintios es el ministerio de Pablo, considerándose él, como ejemplo de un instrumento débil delante de los hombres, pero fuerte en Dios.
Lo llamativo es que a través de esos consejos fuertes que les escribía, Pablo estaba demostrando una personalidad apasionada por Cristo, y que manifestaba sus propias experiencias a la sociedad para que ellos después lo pusieran en práctica.
En estos días vemos como se suceden las diferencias entre personas que en alguna oportunidad estuvieron juntas. En algunos casos esto se da porque los intereses personales los fueron alejando, porque alguno sobresalía más que el otro y esto lo perjudicaba.
Algunos se pasan a bandos contrarios, comienzan a militar en la oposición. Y están aquellos que se quieren mantener neutrales, pero eso sucede hasta cierto momento que se tenga que decidir algo importante.
El pasaje que leímos es el final de la carta… pero viene de un contexto de llamado de atención de Pablo a los corintios. Había cosas que no estaban haciendo bien, Pablo estaba enojado por las diferencias. En esta carta los llama a que consideren cómo se encuentra cada uno. Pablo deseaba que a los corintios les fuera mejor. No debemos resaltar las diferencias, sino que debemos ser el complemento los unos de los otros. Las diferencias no nos deben enfrentar sino que tenemos que sumar fuerzas. Esa unidad nos ayudará para tirar todos en “EN UN MISMO SENTIDO”.
Por eso Pablo les da a los corintios, con quienes tenemos similitudes, cuatro recomendaciones que debemos considerar:
1a. Recomendación: TENED GOZO: Lo primero que se pierde, es el gozo, cuando estamos muy ocupados en las cosas de Dios, así como también cuando nos desocupamos de ellas. Esa es el arma que utiliza Satanás para desanimar al pueblo de Dios. Comenzamos a hacer las cosas a regaña dientes, nos quejamos por todo, y siempre llevamos en mente (y al mismo tiempo en la boca) la amenaza de renunciar (Hebreos 6:9-10).
2a. Recomendación: PERFECCIONAOS. Procure hacer siempre lo mejor para Dios, nunca improvise. Medite, analice, estudie. Cuidado con las iglesias del siglo pasado que se excusaban diciendo que hacían todo “Para la gloria y honra”. Cuidado con las Iglesias y/o personas cavernícolas, que no se dan cuenta de los que les rodea (1 Reyes 19:4,9). Nos aislamos de todo y de todos creyendo que tenemos razón, nos encerramos en la cueva de nuestros intereses, de nuestros pensamientos, y no hemos aprendido bien lo que dice la Palabra, aunque la escuchamos, pero no con oídos espirituales sino carnales.
3a. Recomendación: CONSOLAOS. Tenemos que llegar a descubrir que nuestro mundo y nuestro campo de juego ahora es la Iglesia. La misma no debe defraudarnos, en especial cuando más la necesitamos. Pero debemos saber que la iglesia somos cada uno de nosotros, El consolarnos, es la manifestación del Espíritu Santo en nosotros y a través de nosotros (Mateo 11:28 - 2 Corintios 1:3-5).
4a. Recomendación: SED DE UN MISMO SENTIR. Cuidado con los de la oposición y con los resentidos. Busque la unidad, no sólo que se unan a usted, sino usted también únase a otros. No espere de los demás, tome la iniciativa USTED. Haga la voluntad de Dios no la suya ni la de la mayoría (1 Crónicas 12:38; hombres de un mismo sentir).
De acuerdo a como vivimos se manifestará Dios en nuestras vidas. “Y vivid en Paz, Y el Dios de Paz y de amor estará con vosotros” (2 Cor. 13:14). Creo que en la gran mayoría de los casos vivimos como se presenta la cosa. En la gran parte las vivencias que tenemos, no han sido planificadas, sino que surgieron del momento particular de cada uno. Sin embargo, si nos sentamos a elaborar un verdadero proyecto de vida, en el que le damos la oportunidad a Dios de que se haga presente y guie nuestros pasos, es en ese momento cuando
“El Dios de paz estará con nosotros”.
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