domingo, 1 de abril de 2012

Su Presencia manifiesta poder - (22/08/2010)


Mateo 8:23-27

En este pasaje veremos algo maravilloso. Sencillamente cómo la presencia de Jesús cambio el momento de los que estaban con Él. Los que estaban con Él eran sus discípulos, compañeros inseparables de viaje. Pero también había otras personas que se sintieron afectadas por la tormenta, como también por la bonanza.
Jesús es el primero en entrar en la barca. La barca se encontraba en el puerto. Seguramente sin problemas en ese momento. En muchos casos decimos: “Seños entra a mi vida”, pero no consideramos que Él se hace presente primero que nosotros. Tenemos que tener la convicción de su presencia.
Cuando Jesús entro en la barca, se levanto una tempestad muy grande. En muchos casos pensamos: “Si me encontraba tan cómodo antes… No tenía problemas con nadie… No le hacia mal a nadie…”, pero también nos encontrábamos vacíos de Aquel que al llegar trajo luz a nuestras vidas. Al entrar Jesús en la barca conmovió no solo a los que estaban dentro, sino también a los que estaban alrededor de ésta.
Ahora, si la barca es nuestra vida, la presencia de Jesús va a traer un conflicto interior por nuestra forma de ser. Se va a levantar una tormenta interior ente lo que hacemos y lo que deberíamos hacer. Si la barca es nuestra familia o la Iglesia, se sufren los mismos conflictos.
“Cuando llego a la otra orilla…” (vers. 28 1º parte). ¿Cómo podemos mantener el equilibrio y así llegar a puerto? Parecería que no encontramos la respuesta. Parecía que Jesús dormía, humanamente estaba dormido, pero espiritualmente velaba.
¿Podrá ser que Jesús siga durmiendo? En el salmo 44:23-26 encontramos una expresión: “¿Por qué duermes Señor?”. Todos necesitamos dormir y descansar. Pero Dios, Jesús y su Espíritu Santo ¿también lo hacen…? Otro Salmo, 121:3-4, nos dice “No se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel”. Él esta atento a nuestros reclamos.
Antes las situaciones extremas reaccionamos. ¿Los discípulos fueron a Jesús y se acostaron a su lado? ¡No!, lo despertaron diciendo: “Sálvanos que perecemos”. Estaban desesperados y temerosos. Sin embargo, la reacción de Jesús fue contra el miedo que había en sus discípulos. Jesús les pregunto: ¿Por qué tienen miedo hombres de poca fe? Nuestra fe puede traernos calma en las dificultades, pero necesitamos una fe llena de confianza.
Lo que llama la atención es que reprendió al mar y al viento.
“reprendió los vientos…..” Los aires. “reprendió el mar…” Lo que rodea la barca. Habla de situaciones externas que afectan el normal desarrollo de la barca de nuestra vida.
En Efesios 2:1-2 nos dice: “Anduvisteis en otro tiempo… Siguiendo… Al príncipe de las potestades del aire…”
También reprendió al mar, es decir, el ámbito donde se mueve la barca. Nos encontramos en una sociedad que vive agitada, llena de conflictos y altera el normal desarrollo de las personas, quienes manifiestan una inseguridad tal que no saben a donde ir.
Por otro lado, no estaban en la barca solo Jesús y sus discípulos, había otras personas que se vieron beneficiadas con la bonanza. Igualmente nuestra vida, nuestra fe puede bendecir a todos aquellos que nos rodean si confiamos un poco mas en que Él calmara la tormenta y traerá gran bonanza.
Su presencia manifiesta poder. Jesús esta presente en nuestras necesidades. Debemos confiar que esta con nosotros como en la barca y reclamar que su autoridad se haga presente en nuestras vidas. Para que así podamos ser un canal de bendición para todos aquellos que no le conocen.
Demos lugar a que Jesús se haga cargo de la barca cuando lleguen los vientos contrarios. Fue la presencia y la voz de Jesús que calmo los vientos y el mar.
¡Jesús esta en la barca!

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