Lectura: Hechos 14:19-23; Efesios 6:10-11; Sal. 3:1-8
Muchas veces nos suceden situaciones o dificultades que nos asustan y nos hacen retroceder, momentos difíciles que nos debilitan. Cuando comenzó a realizar sus viajes, a Pablo le iba muy bien con sus trabajos pero en determinado momento empezó a tener dificultades. ¿Qué actitud tomaríamos nosotros ante las situaciones difíciles? ¿Cómo actuaríamos ante los momentos que nos quieren asustar y hacer bajar los brazos?
Pablo veía que le querían hacer la guerra, que lo querían callar, pero él se paró firme en la palabra de Dios y enfrentó la situación. Lo hizo bajo la cobertura de Dios y su protección.
Pablo fue apedreado, golpeado y arrastrado hasta el punto que los que lo golpearon creyeron que estaba muerto. Sus enemigos creyeron que habían terminado con él. Pero Pablo se levantó y volvió a entrar a la ciudad, siguió haciendo lo que más le gustaba y estaba comisionado y eso era predicar el evangelio. Si bien el apóstol fue muy mal herido, Dios lo guardó de que lo mataran, lo protegió.
El chaleco blindado contra balas ha salvado la vida de cientos soldados que han entrado en guerra, constituido de un material resistente de varias capas. Pero nuestra vida está defendida por un material mucho más resistente que son, Padre, Hijo y Espíritu Santo. El cristiano necesita estar revestido de un blindaje que solamente provee Dios a los que confían en El y le sirven.
Pablo recibió muchas críticas por parte de los judíos que querían asustarlo, desgastarlo y hasta desanimarlo, pero él no hizo caso a las críticas, siguió haciendo lo que Dios le había mandado, siguió predicando el Evangelio. Porque no era su palabra sino la palabra de Dios a través de él. Pero ante cualquier crítica tenemos que saber que Dios es quien nos protege y nos fortalece, tenemos que seguir adelante.
Dios también nos ofrece un blindado o escudo a prueba de escándalos y burlas. (Hechos 26:24-26) Pablo fue burlado y para algunos seremos motivo de burla, seremos el hazme reír o el tema de conversación. Pero hay que seguir adelante… haciendo lo que más nos gusta y lo que Dios ha puesto que hagamos. Dios estaba acompañando y protegiendo a Pablo aún en las burlas.
A veces también recibimos amenazas de despido en el trabajo por ser cristiano, de despido por no creer como el resto de los empleados, amenazas de todo tipo… Pero Dios nos protege y nos defiende, Él es nuestro escudo.
Incluso también nos dejan solos o nos traicionan, en 2ª Timoteo 1:15 vemos como Pablo fue abandonado por sus discípulos. Muchos de los hombres de Dios fueron traicionados: José por sus hermanos, Abraham por su sobrino, Moisés por sus hermanos, David por su propio hijo, Cristo por sus hermanos, por uno de sus apóstoles. Pero todos siguieron haciendo lo mismo, no retrocedieron… estaban blindados a prueba de todo porque Dios estaba con ellos protegiéndolos. Tenemos el blindaje o Escudo de Dios, pero también algo más. (Hechos 14:20-23)
“Le rodearon los discípulos…” le dieron protección. ¿Cuál sería la actitud adecuada, ver al caído o defender al que ha caído? ¿Qué actitud tomaríamos? ¿De qué lado estamos?
“se levanto…” actitud sanadora del pueblo. La protección trae sanidad, es importante acompañarnos y cubrirnos unos a otros, ayudarnos. Pablo no bajó los brazos sino que se levantó.
“entró en la ciudad…” no se quedó afuera ni salió corriendo sino que enfrentó la situación porque Dios estaba con él. Dios es nuestro escudo.
“anunció el evangelio…” no se guardo el mensaje. “Hizo muchos discípulos…” la semilla dio resultados. Aún después de las dificultades, el esfuerzo hizo que la semilla diera frutos.
“confirmo el ánimo…” el que fue desahuciado, animó. Es importante animar a otros y ser animado. Debemos alentar a los demás a seguir adelante.
“constituyo ancianos…” delegó autoridad. Debemos asumir compromisos, tener nuestra responsabilidad.
Podemos sobreponernos a las dificultades. A pesar del entorno que nos rodea, Dios nos protege. Pero también debemos cuidarnos unos a otros. Pablo reconoció que quienes le cuidaban estaban madurando en la fe, pasaron algunos de discípulos a Ancianos. Ahora el mismo Dios que estuvo con Pablo estaba con ellos. (vs. 23) “los encomendó al Señor…” Dios es nuestro blindaje especial “Vistamos de toda la armadura de Dios”.
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