lunes, 2 de abril de 2012

SU PODER SE SIGUE MOVIENDO - (28/11/2010)


Lectura: 2 Reyes 4:1-7; Gen. 1:2; Hechos 17:28

En tiempos antiguos las maneras de moverse eran muy limitadas. Las personas se trasladaban a pie, no existían los medios que tenemos nosotros hoy. Luego fue por medio de caballos, mulas, camellos y, a medida que pasó el tiempo, por carros, trenes, autos, colectivos, micros, aviones, subtes, y todos los transportes que hacen que nuestro movimiento sea más rápido y eficaz. A medida que pasó el tiempo el hombre fue perfeccionándose en la forma de moverse y llegar más rápido a su lugar de destino. Pero en este día vamos a hablar de un mover que estuvo desde el comienzo y no cambia, y está presente y disponible para todos nosotros.

Ese mover hace que recurramos a Él cuando atravesamos por algún problema o necesitad, y requerimos de un milagro. Es probable que luchemos en nuestras fuerzas, en procurar soluciones y sólo nos damos por vencidos cuando llegamos al límite de nuestras fuerzas. Las Escrituras nos enseñan que debemos confiar plenamente en el Señor y recurrir a Él, movernos en Su Poder para ver aquello que deseamos y/o esperamos.  Cuando lo hacemos, reconociendo que en nuestras capacidades resulta imposible hacer algo, se libera el Poder de Dios y ocurren los milagros.

A Dios recurrimos cuando necesitamos un milagro (v. 1).  Generalmente buscamos resolver los problemas por cuenta propia. Agotamos todas las posibilidades y llegamos al límite de nuestras fuerzas. El ser cristianos no nos exime de enfrentar dificultades, tampoco de actuar humanamente.  Satanás busca poner tropiezo al cristiano, nos limita.

Como cristianos podemos, debemos y/o deberíamos confiar y refugiarnos en Dios. Él es la única solución para nuestros problemas, cualesquiera que sean (v.2).  Los milagros de Dios se producen cuando activamos nuestra fe (v.2-4). “¿Qué te haré yo?” En manos de Dios, lo poco es mucho. (v. 2) “Lo que tenemos en casa crece”. Debemos valorar lo que tenemos. Dios posee una salida, con lo que hay en casa, no deberíamos buscar en otras. A veces nosotros, como la viuda, dimensionamos los problemas. Consideramos que no hay solución. Creemos que llegamos al límite de las fuerzas, pero el obrar de Dios no tiene límites (v. 3). Él nos muestra la salida. Dios obra de manera que rompen con nuestra lógica humana.

“Hay vasijas vacías para llenar”. Fe es actuar (v. 4) “Si quieres el mover debes moverte”.  Cuando nos movemos en la dimensión del poder de Dios, los milagros ocurren (v.5-7), pero cuando aplicamos nuestra lógica, levantamos una barrera delante de Dios (v. 5). Si nuestra confianza es sólida, actuamos, damos, nos movemos en fe. Hech. 17:28.  El poder de Dios es ilimitado, pero llega hasta donde nos alcance la fe (v. 6). En este pasaje vemos que hubo provisión de muchas vasijas, pero cuando cesaron las vasijas también paró el aceite. Diríamos en este día, “Señor que tu aceite siga fluyendo”. Dios tiene su propio tiempo y su propia manera de obrar (v. 7). Dios no obra conforme a nuestra voluntad. Lo hace a  su manera, y resuelve nuestros problemas en el momento oportuno.

Resulta interesante reflexionar en el hecho de que lo poco en nuestras manos es mucho en las de Dios. Él tiene su propio tiempo y maneras de obrar. Basta con que dejemos de racionalizar la ocurrencia de los milagros con nuestra lógica. Si lo hacemos, levantamos una enorme barrera que impide el mover de Dios.

Hoy aprendemos que fe es actuar. Y lo hacemos y nos movemos en la dimensión del poder de Dios. El aceite es Su Espíritu Santo, que se mantiene vigente y presente en nuestras vidas para que siga su derramamiento cada día. Señor que no cese Tu Presencia. Ese mismo Espíritu Santo que se movió a través de Eliseo, también lo hizo por medio de los discípulos en Hechos de los Apóstoles, como el que llevó a Felipe al desierto para ministrar al etíope, y del desierto lo llevó a Azoto, el que inquietó a Pablo para que pase a Macedonia, el que se movió en la persona de Pedro y Juan y tantos hombres y mujeres de Dios hasta nuestros días es el que está Presente hoy en este lugar. Si lo crees como lo creyeron ellos, también Él se puede mover en tu vida y a través de tu vida, solamente debemos ponerlo en práctica, manifestar Su Presencia en nuestras vidas y ser un canal de Bendición. Sólo tenemos que reclamarlo primero en nosotros mismos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario