Por el Pastor Osvaldo D'Emilio
Lectura: Lucas 23:26; 48-49
En la lectura de hoy leemos que
la multitud seguía a Jesús. Quizás vemos que hoy la gente está detrás de
políticos, detrás de deportistas, de artistas, y otros que van por diferentes
caminos que no solucionan sus problemas. Algunos de los que seguían a Jesús
estaban lejos y muchas veces eso nos pasa también a nosotros. Pero en el
momento más difícil Jesús oró al Padre, vemos que dijo “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (vs. 33-35).
El cielo se cubrió con nubes de
tormenta, el anuncio profético fue revelado, hay una amenaza de conmoción en la
tierra, el tiempo llegó a su momento culmine. En ese contexto, en medio de la tormenta, Jesús rogó al
Padre, como deberíamos hacer nosotros también porque Él es quien nos
sostiene en medio de la dificultad.
Muchas veces creemos saber lo que
hacemos y no dejamos que nos digan nada ni que nos corrijan, pero Jesús se
acordó de todos, de los discípulos, de la multitud, de quienes lo rodeaban,
incluso de nosotros, y dijo “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Jesús en la cruz tuvo una actitud de
misericordia para con todos nosotros. Yendo a la muerte, en medio de la
tormenta, se acordó de ir al Padre y orar por todos.
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También nosotros podemos ser un
canal de bendición para aquellos que hoy no están, que quizás tiene preocupaciones,
están desanimados o que no conocen a Dios, o que quizás reniegan de todo lo que
está sucediendo, o están buscando la respuesta en diferentes caminos. Pero el camino que nosotros tenemos que
transitar es Jesucristo, quien nos orienta cada día.
Moody dijo “toda gran obra de Dios puede rastrearse de rodillas”, es decir en
comunión con Dios. Él es quien nos sostiene, nos prepara y nos acompaña cada
día. Viendo la multitud, Jesús dijo “perdónalos”, a través de la cruz manifestó
el perdón, por eso decimos que “la muerte y resurrección es perdón y vida para
todos”.
Quien no reconoce el perdón de Jesucristo no alcanza a valorar la resurrección.
Muchas veces recordamos el domingo de resurrección, pero no el viernes de
perdón. Jesús podría haber dicho “esta gente siempre con los mismos errores,
con los mismos problemas”, pero en su lugar dijo “perdónalos”. ¿Se siente
perdonado?
En el perdón tenemos acceso a Dios, porque eso nos ayuda y nos
manifiesta en la vida de Jesús. Por medio de él tenemos vida en abundancia, y
no sólo tenemos que cuidarla y administrarla, sino también compartirla con
quienes están a nuestro alrededor, para quienes somos un canal de bendición. ¿Tenemos
la capacidad de perdonar? Podemos y debemos perdonar porque Jesús nos perdonó
primero a nosotros y en Él tenemos vida.
La muerte y resurrección es perdón y vida para todos.
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